Autor: Federico

Describir repetidamente a Isla de Maipo como una comuna «rural» con «raíces y tradiciones campesinas» no solo simplifica su realidad, sino que perpetúa una imagen estática que ya no refleja la diversidad ni la evolución actual de su comunidad. Si bien la base agrícola fue fundamental para su historia, hoy Isla de Maipo es mucho más que su legado campesino; es una comuna en constante transformación, rica en complejidad y dinamismo.

El concepto de “tradición”, aunque valioso como parte de su identidad, puede convertirse en un ancla si se utiliza para limitar el reconocimiento de su progreso. No se trata de olvidar las raíces campesinas ni de desestimar su importancia histórica, sino de ampliar la visión para incluir las múltiples facetas que definen a sus habitantes en el presente. Isla de Maipo ya no se reduce a campos de cultivo o a escenas de vida campesina. Algunos construimos edificios, diseñamos infraestructuras, creamos obras artísticas, impulsamos emprendimientos y trabajamos en sectores como la salud, la educación y la tecnología. Otros innovan en desarrollo social, lideran proyectos culturales o fomentan prácticas ecológicas. Estas actividades no niegan la ruralidad, pero sí evidencian que convivimos con sus desafíos, como la falta de transporte público digno, la escasez de áreas verdes, la ausencia de parques adecuados y la necesidad de más servicios esenciales.

Definir a Isla de Maipo exclusivamente como una comuna campesina limita su identidad contemporánea. En la actualidad, tradiciones rurales conviven con una creciente infraestructura urbana, avances tecnológicos, nuevos modelos económicos y un renovado interés por el turismo cultural y ecológico. Esta dualidad no implica abandonar el pasado, sino integrarlo en una visión más amplia que celebre tanto el legado como el presente en constante cambio.

Persistir en una visión nostálgica, centrada únicamente en la ruralidad, puede invisibilizar los avances logrados en diversas áreas y restar valor a las contribuciones de quienes no encajan en esa narrativa. Los principales promotores de este discurso suelen ser quienes buscan reforzar su propia identidad al resaltar ciertos aspectos, mientras silencian la riqueza y la diversidad de las experiencias y perspectivas que existen en Isla de Maipo. Este enfoque corre el riesgo de simplificar las complejas realidades de una comuna donde la innovación, la creatividad y el progreso son tan importantes como el respeto por las tradiciones.

Isla de Maipo es mucho más que sus raíces campesinas. Es un mosaico de identidades, habilidades y vocaciones que coexisten y enriquecen su tejido social. Es un espacio donde tradición y modernidad dialogan, donde el campo y la ciudad se entrelazan, y donde los desafíos del presente se abordan con creatividad y solidaridad. Reconocer esta diversidad no es una amenaza para el pasado, sino una oportunidad para construir un futuro más inclusivo, vibrante y representativo de todas las facetas de su comunidad.


Nota: El contenido vertido en la columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de sus autores, y no refleja necesariamente la línea editorial de Islita TV.

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