Los vecinos y vecinas de Villa La Alborada, en Isla de Maipo, han manifestado su creciente preocupación ante la presencia de una mujer en situación de calle que, según denuncian, ha generado condiciones y conductas inapropiadas en el sector. A pesar de múltiples llamados y denuncias a Carabineros y Seguridad Pública, las autoridades aún no han tomado medidas concretas para resolver la situación.

Una denuncia ignorada por las autoridades

De acuerdo con los residentes, la mujer llegó hace aproximadamente un mes a la zona de Villa Alborada, calle El Ocaso, en el sector de La Islita. En un principio, manifestó que había viajado a Isla de Maipo para visitar la tumba de su hijo en el cementerio, pero desde entonces se ha asentado en la calle sin intención de regresar a Puerto Montt, su supuesto lugar de origen.

Durante este tiempo, vecinos han alertado sobre la acumulación de colchones y otros objetos en la vía pública, lo que da indicios de la posible formación de un campamento improvisado. Sin embargo, a pesar de que personal de seguridad municipal ha acudido al lugar, no se han retirado los elementos que ocupan el espacio.

Preocupación por conductas inapropiadas

Uno de los puntos más alarmantes de la denuncia es que, según testimonios de los residentes, la mujer ha sido vista teniendo relaciones sexuales en la vía pública junto a distintos hombres, incluso en horarios donde transitan escolares.

“Hace tres días, una vecina vio cómo la mujer estaba con un hombre en plena luz del día. Pasaba con niños por ahí y tuvo que hacer el reclamo en la villa. Nadie hace nada, y cada vez es peor la situación”, señaló una vecina del sector.

El temor al crecimiento del problema

Los residentes temen que esta ocupación irregular se convierta en un problema mayor y sienten que están siendo ignorados por las autoridades locales. “Esto ya da pie para que se forme un campamento, y nadie hace nada. Yo personalmente he llamado muchas veces a todos lados”, agregó otra vecina afectada.

Los habitantes de Villa La Alborada exigen una respuesta inmediata del alcalde y las autoridades correspondientes para solucionar la situación, antes de que el problema se agrave aún más. Mientras tanto, la comunidad sigue organizándose y documentando la situación con fotografías y registros de sus reiteradas denuncias.

Respuesta de la delegación municipal

Ante las denuncias de los vecinos, la delegación municipal confirmó que está al tanto de la situación y que han recibido información, tanto del concejal Jorge Alfaro como de vecinas que han reportado el problema.

«Efectivamente, nos han informado. Tanto por el lado de Jorge Alfaro, concejal, como por el de vecinas con las que tenemos contacto. En estos días va a haber una reunión con el Mayor (carabinero) para trabajar focalizadamente en ese sector. Consultaré en qué quedó», señalaron desde la delegación.

Reflexión crítica: la crisis estructural de la situación de calle

Más allá del impacto inmediato que genera la presencia de personas en situación de calle en un barrio residencial, este caso pone de manifiesto un problema mucho más profundo. Si bien es cierto que la convivencia con una persona en estas condiciones puede ser impactante, especialmente para los niños, no se debe olvidar que, por más que viva en la calle, esta persona sigue teniendo necesidades básicas como dormir, alimentarse y acceder a servicios sanitarios.

Lo realmente preocupante no es solo la presencia de una persona en esta condición, sino cómo su bienestar se ve gravemente afectado al llegar a este punto. Según estudios del Ministerio de Desarrollo Social, la principal causa de la situación de calle no es la pobreza en sí misma, sino la ruptura de los vínculos familiares. Es un problema estructural que no se soluciona con desalojos forzosos o con medidas superficiales, sino con políticas de reinserción social, apoyo psicosocial y estrategias que ataquen las causas de fondo.

Este caso es un reflejo de un fenómeno mucho más amplio que requiere respuestas integrales por parte del Estado y de la sociedad en su conjunto. La solución no pasa solo por retirar a estas personas de las calles, sino por ofrecer alternativas reales que les permitan recuperar su dignidad y reconstruir sus vidas.

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