Autor: J.O.

Por tercer año consecutivo, la Fiesta de la Vendimia de Isla de Maipo ha sido motivo de polémica. A pesar de ser uno de los eventos más emblemáticos de la comuna desde 2002, su organización reciente ha evidenciado una serie de desaciertos que han minado el vínculo entre la gestión municipal y la comunidad local.

Algo de historia

Tras la suspensión de la edición 2022 por razones sanitarias, se esperaba que en 2023 la fiesta volviera con fuerza. Sin embargo, un nuevo traspié afectó su realización. El evento fue programado para fines de abril con la intención de extender la celebración hasta el feriado del 1 de mayo y terminar con el circuito de fiestas de la vendiamia. La idea buscaba capitalizar un mayor flujo de público, pero la jugada fue arriesgada. Las lluvias de ese fin de semana terminaron por frustrar la iniciativa, afectando la instalación de carpas, conexiones eléctricas y logística general. Las precipitaciones no solo arruinaron la fiesta, sino que evidenciaron la porfía de una administración que priorizó sus propios planes por sobre la experiencia acumulada en la realización del evento.


En 2024, si bien la fiesta pudo desarrollarse sin incidentes climáticos, tampoco estuvo libre de tensiones. Durante la misma jornada de la vendimia, artistas locales realizaron manifestaciones públicas exigiendo mayor participación en la parrilla cultural, señalando que el espacio que se les otorgó era insuficiente y que su exclusión era parte de una tendencia en la gestión cultural del municipio. El reclamo se sumó a una carta enviada días después del evento por varios artistas de la comuna, recalcando este malestar.


Vendimia 2025

Este 2025, la polémica se instaló desde el inicio. Un segundo escenario fue montado en el estadio municipal como parte de un “show promocional” paralelo a la fiesta, lo que rompió con la tradición del evento y generó incomodidad en la comunidad. Por primera vez, se cobró entrada para asistir: $8.000 por noche. La asistencia fue baja, y el municipio, en un intento de evitar el fracaso, liberó entradas de manera improvisada, según indico Cristobal Alfaro en el escenario de la Plaza Central la noche del sábado. A eso se sumó la repentina suspensión de la segunda jornada del espectáculo, argumentando problemas con la productora a cargo, cuyas garantías no habrían sido cumplidas. El municipio ha informado que conversó con la productora para definir la devolución del dinero a quienes pagaron su entrada el mismo día en que se decretó el acceso gratuito, gestión que inicio el 13 de abril, convocando a los asistentes a solicitar su reembolso directo en la municipalidad. (Fuente)

Además, días antes del evento, se había anunciado como artista estelar al cantante Américo, quien fue retirado de la parrilla sin mayor explicación por parte del municipio. Por otro lado, el sábado se presentó el cantante urbano argentino L-Gante, una figura mediática que, si bien tiene reconocimiento internacional, fue considerado por muchos como una elección poco coherente con la identidad campesina y patrimonial de la Fiesta de la Vendimia.

La venta de entradas sufrió una serie de ajustes caóticos: de los $8.000 iniciales se bajó a $3.000, para luego suspender el evento. Esta serie de improvisaciones terminó por empañar el desarrollo del evento tradicional en la avenida principal, donde el día sábado comenzó con poca asistencia. Recién el domingo se recuperó algo de la convocatoria habitual, pero con un clima general de crítica hacia el otro show.

Según se ha indicado en distintas sesiones del Concejo Municipal, la realización del show en el estadio municipal respondía a una estrategia impulsada por el municipio para obtener un sello turístico que elevaría la categoría del evento a nivel regional o nacional. Para lograrlo, se requería cumplir con ciertos estándares de seguridad que, según se argumentó, no podían ser garantizados en la plaza central, lugar tradicional de la fiesta. Esta fue la razón esgrimida para trasladar —o más bien duplicar— parte de la programación a un espacio cerrado y controlado como el estadio. Sin embargo, lo ocurrido durante el fin de semana abre múltiples interrogantes sobre la efectividad y consecuencias de esta decisión.

Otras manifestaciones durante la fiesta

El viernes 29 de marzo, en pleno centro de Isla de Maipo, los locatarios del “Barrio Comercial Isla Centro” iniciaron una manifestación pacífica para expresar su descontento con la organización de la Fiesta de la Vendimia. La acción consistió en la instalación de globos negros en las fachadas de sus locales, en señal de luto por lo que consideran la “muerte del barrio” durante los días previos al evento.

Mediante un comunicado, los comerciantes denunciaron ser sistemáticamente excluidos durante la etapa de instalación de carpas y estructuras del evento, asegurando que son “borrados absolutamente”. También señalaron que, aunque en años anteriores se les prometieron soluciones, estas no se han materializado. Hasta ahora, el alcalde no se ha referido públicamente a si existe algún tipo de acuerdo o medidas de compensación hacia los locatarios afectados. (fuente)

En paralelo, durante el primer día de la fiesta, un grupo de estudiantes del programa PENTA UC también se manifestó en el recinto. Los jóvenes denunciaron el recorte de su programa por parte de la Corporación Municipal de Educación, argumentando que se habría justificado por falta de recursos. Esta manifestación, silenciosa pero significativa, se sumó a los episodios que bordearon el desarrollo de la vendimia, dejando en evidencia que, más allá del espectáculo, existen tensiones no resueltas en la relación entre la municipalidad y distintos actores de la comunidad. (fuente)

La presentación en el concejo municipal

Durante la sesión del Concejo Municipal N°13, se presentó un escueto informe sobre los resultados de la Fiesta de la Vendimia 2025, marcando el primer intento oficial de entregar información pública al respecto. En la exposición se mencionaron los costos asociados al evento y la aplicación de una encuesta dirigida a los locatarios de los stands de gastronomía y artesanía, con el objetivo de medir el impacto económico y el nivel de satisfacción de los participantes.

La presentación inicial estuvo a cargo de César González, director de la Casona del Maipo, quien abrió su intervención destacando que la Vendimia de Isla de Maipo era distinta a todas las demás del país, en un discurso centrado en exaltar la gestión del actual alcalde, omitiendo el trabajo de las administraciones anteriores. Según González, el principal elemento diferenciador de esta fiesta era estar «rodeados de parras», lo que —afirmó— también le otorgaría un carácter único, con sentido, objetivos de desarrollo y proyección turística que no estarían presentes en otras vendimias de Chile — afirmación difícil de verificar —. Su intervención buscó vincular directamente el valor y éxito del evento con la figura del alcalde y el trabajo «multitarea» del equipo municipal, en un relato que visibiliza ciertos logros mientras silencia o minimiza los antecedentes y aportes de gestiones pasadas.

Costos de la fiesta

La presentación continuó con la intervención de Jenifer Peña, jefa del área de Turismo del municipio, quien detalló los gastos e ingresos finales de la Fiesta de la Vendimia 2025. Según lo expuesto, el evento tuvo un costo total de $186.933.000, mientras que los ingresos alcanzaron los $131.351.500, generando un déficit de $55.581.500, asumido por la municipalidad. Estos ingresos provinieron principalmente del cobro por los stands —uno de los más altos del país, según se ha señalado—, la venta de copas de degustación y un sistema de remate para los puestos gastronómicos, introducido por primera vez este año. También se destacó el aumento de stands de artesanos y el alza en el precio de las copas, que pasó de $12.000 a $15.000 durante el transcurso del evento. Aunque se indicó que el gasto total fue menor que en 2024 —cuando se habría bordeado los $200 millones—, en la práctica estos costos fueron trasladados a los emprendedores, quienes enfrentaron mayores cobros por participar. (Fuente)

Si se considera que los municipios se financian con recursos del Fondo Común Municipal, impuestos locales y permisos de circulación, el peso económico de la fiesta recae, en última instancia, sobre los propios ciudadanos de Isla de Maipo. Si bien la administración ha reiterado que no busca lucrar con la vendimia —algo que la ley impide expresamente—, sí ha implementado mecanismos para recuperar parte de los costos a través de cobros indirectos, lo que genera un debate pendiente sobre la equidad de estas decisiones y el real impacto económico para los emprendedores.

La aplicación de una encuesta

Durante la sesión también se presentaron los resultados de una encuesta de evaluación aplicada a los emprendedores que participaron en la vendimia, específicamente a quienes formaron parte de los rubros de artesanía, gastronomía y gourmet. Este instrumento buscaba responder a las críticas previas al evento, que apuntaban al alto costo de los stands, evidenciando que, a pesar de dichos cobros, la mayoría de los participantes logró obtener ganancias. Con ello, el municipio intentó contrarrestar la “mala prensa” en torno al modelo de financiamiento de la fiesta. Si bien es positivo que se utilicen herramientas de evaluación para objetivar el impacto de este tipo de actividades, resulta llamativo que recién en 2025 —dos años después de la fallida edición de 2023— se haya implementado un mecanismo de este tipo, y más aún, que se haya aplicado de forma limitada. La encuesta fue realizada únicamente a locatarios oficiales y a funcionarios municipales, dejando fuera a actores relevantes como los comerciantes del barrio céntrico, quienes días antes del evento se manifestaron por los cortes anticipados de tránsito y la pérdida de visibilidad hacia sus locales. En definitiva, si este tipo de evaluación busca ser una herramienta de mejora y transparencia, lo ideal sería su aplicación permanente, con una muestra amplia e inclusiva, y con la publicación no solo de los resultados, sino también de la metodología y datos brutos.

La critica del Concejal Jorge Alfaro

Durante la sesión del Concejo Municipal, el concejal Jorge Alfaro (FA) emitió una serie de críticas y observaciones respecto al desarrollo de la Fiesta de la Vendimia 2025. Entre ellas, destacó el incumplimiento de aspectos señalados en las bases del evento, indicando que varios stands no respetaron las dimensiones comprometidas. Asimismo, cuestionó que en la presentación realizada por los encargados municipales no se abordara lo ocurrido en el escenario del estadio municipal, ni lo sucedido en el escenario de la plaza central, omisiones que consideró significativas. Estas ausencias abren una interrogante sobre el carácter selectivo del instrumento evaluativo presentado, ya que no se incluyó una medición del desempeño artístico ni una encuesta dirigida a quienes participaron en los escenarios, lo que limita la comprensión integral del evento y su real impacto cultural. Los demás concejales no abordaron el tema de manera critica.

El sello «Vendimias Chile»

Durante la misma sesión del Concejo Municipal, también se consultó respecto al sello «Vendimias de Chile», cuya obtención había sido mencionada previamente por el alcalde en la Cuenta Pública 2025. La jefa del área de turismo municipal, Jennifer Peña, explicó que este no implica la entrega directa de recursos, sino que se trata de una distinción simbólica que busca caracterizar a los eventos que cumplen con ciertos estándares para ser reconocidos oficialmente como fiestas de la vendimia, y no como simples «galas del vino». Peña señaló que dicho sello, promovido por Enoturismo Chile, busca reforzar la identidad cultural de cada celebración y su vínculo con el territorio vitivinícola, diferenciándola de otros eventos que utilizan el término “vendimia” sin cumplir los requisitos establecidos. Además, agregó que si bien el sello no otorga financiamiento inmediato, podría dar prioridad en futuras asignaciones de recursos a aquellas comunas que lo obtengan. No obstante, aclaró que aún no se ha recibido la confirmación oficial, y que se espera una notificación durante el mes de junio.

El mea culpa del Alcalde

Finalmente, el alcalde Juan Pablo Olave (UDI) se refirió al controvertido segundo escenario instalado en el estadio municipal, señalando que su implementación fue una decisión política y que, a su juicio, su fracaso fue «doloroso». Justificó la ausencia de una evaluación detallada del show en el Concejo Municipal bajo el argumento de que “prácticamente no hubo show”, a pesar de que el día sábado sí se llevó a cabo, con una escasa concurrencia para la presentación del artista argentino L-Gante. Olave reconoció el error en la planificación de este espacio, asumiendo responsabilidad a pesar de las advertencias planteadas previamente por los concejales. La concejala Verónica Vargas (Ind. UDI) también expresó que el escenario alternativo generó confusión desde su anuncio hasta su ejecución. El alcalde cerró su intervención asegurando que el formato será revisado y evaluado de cara a la edición 2026. Por su parte, las intervenciones de los demás concejales se centraron mayoritariamente en aspectos logísticos de la fiesta en el centro de la comuna, como el tamaño de los stands para emprendedores, sin profundizar en el análisis del cuestionado show del estadio.

Conclusión

La Fiesta de la Vendimia de Isla de Maipo se ha transformado, desde su institucionalización en 2002, en una vitrina de gestión municipal más que en una celebración auténticamente comunitaria. Si bien su origen se remonta a las décadas del 30 y 40, no fue sino hasta el siglo XXI cuando adquirió un carácter regular, bajo control directo de la municipalidad. Desde entonces, todos los alcaldes en ejercicio han utilizado la vendimia como plataforma política, asociando sus “éxitos” y “avances” al sello de su administración. Este patrón se ha repetido con insistencia: cada nueva versión busca destacarse no necesariamente por su sentido local o cultural, sino por el espectáculo y la exposición pública que ofrece.

El problema no es solo de forma, sino de fondo. Si verdaderamente se quiere una vendimia más grande, sólida e innovadora, lo primero es cortar con la instrumentalización política de la fiesta. La comunidad no necesita que la vendimia crezca para aumentar el protagonismo de la gestión de turno, sino para fortalecer la cohesión, la identidad local y el reconocimiento del trabajo que la hace posible. La pregunta clave es: ¿crece la fiesta para los isleños o para consolidar el capital simbólico del alcalde de turno?

Desde su origen, la vendimia como celebración nacía del cierre de faenas agrícolas, organizadas por trabajadores, temporeros y viñateros. Hoy ese espíritu está ausente. A lo más, se invoca en discursos o escenografías, pero no en su estructura organizativa ni en su contenido. Quizás la verdadera innovación sería devolverle ese sentido comunitario, dar protagonismo real a quienes hacen posible la vendimia: los trabajadores y habitantes de Isla de Maipo. Convertirla, finalmente, en una fiesta del pueblo y no solo del poder municipal.

Presentación

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